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Así es... ya estamos en el ecuador de octubre, así que no te pierdas las fantásticas promociones que amazon está ofreciendo.
Os recuerdo que también los libros en tapa blanda tienen un pequeño descuento 😉
"Amor a fuego lento", publicado en mayo de este año, es uno de los títulos incluidos en esta oferta. Y si aún no sabéis de qué va, os lo cuento:
Ashley Stevens era feliz con su vida hasta que sus jefes se jubilaron y dejaron al mando a su única hija.
Su sueño de ser repostera en un gran restaurante se cumplió; era el paraíso, sobre todo porque estaba hecho a su medida, literalmente, y cuando Leslie Kelley se encarga de hacer que su día a día sea un infierno, decide abandonar. Algo impensable.
Los Kelley son como su familia y la trataron como tal, pero cuando ellos se marchan a viajar por el mundo, no son conscientes de los problemas que dejan atrás.
Al ser una persona con una vida pública, y conocida mundialmente por su web de repostería donde escribe recetas de su creación, intenta seguir adelante a pesar de sentir que su mundo se viene abajo.
Cree que abrir una pastelería y empezar de cero será fácil, pero nada más lejos de la realidad.
Sin embargo, una nueva oportunidad se presenta ante ella.
Su "marido de pega", que en realidad es un buen amigo, le habla sobre un Reality Show en Madrid que una famosa productora de allí está pensando en realizar, y ella encaja a la perfección. Pero claro, Ashley detesta aparecer en televisión, de ahí su afán por mantenerse tras su ordenador, o tras una mesa de trabajo.
En el fondo de su ser, y a pesar de sus reiteradas negativas, no puede evitar pensar que es un buen momento para salir de Miami y desconectar de todo. Para su propio asombro, acepta el nuevo reto.
Se dice que es imposible escapar de los problemas, y aunque suene dramático, Ashley no puede escapar de sus enemigos y secretos. Lo que para unos pudiera resultar una tontería, para ella es todo un mundo, ya que mucha gente se creerá con derecho a juzgarla.
Lejos de su hogar y con un nuevo proyecto, después de un comienzo algo perturbador, la cosa funciona bien hasta que su pasado reciente le explota en sus narices. Varias personas conspiran para que su imagen pública irreprochable se venga abajo, y con el tiempo descubrirá que una de ellas, está muy cerca de su entorno en Madrid.
Las complicaciones y los problemas no vienen solos, o eso se dice, y tendrá que enfrentarlo todo sin derrumbarse.
No todo es malo, por supuesto. Y tampoco estará sola contra el mundo mediático, ya que tiene a sus mejores amigas a su lado. Conoce a gente estupenda en el programa, y a alguien especial con el que compartirá momentos muy intensos: Gérard Lyon.
El curso de repostería es una gran oportunidad a su carrera, pero se convertirá pronto en un arma de doble filo porque estará de nuevo en el punto de mira. Sobre todo cuando surgen los sentimientos detrás de las cámaras. Lo que puede acarrear problemas con los que no contaba.
A pesar de que ella no será la que juzgue las aptitudes de los alumnos cuando el curso pase a ser un concurso en la final, su intervención en el programa podría hacer tambalear las bases de este.
Porque... ¿qué pensarían los demás si supieran que ha intimado con uno de ellos?
Si quieres saber qué ocurrirá con Ashley, Gérard y el resto de personajes de esta novela, te invito a adentrarte en sus páginas. Es un libro original, romántico, donde encontrarás aventuras, ratos de risas y otros más dramáticos... traiciones, amistad, pasión, y todos estos ingredientes te harán pasar un rato, como poco, entretenido.
Por si te quedaste con ganas de leer un poco más, echa un vistazo al interior aquí:
¿Habéis echado un vistazo a las promociones del #MesIndie?
Podéis ver las que están incluidas en formato Kindle aquí.
Ahora KDP añade las ediciones en tapa blanda que os anuncio a continuación. Espero que os animéis a adquirirlos. (Pinchad en los títulos para ir a amazon directamente).
Os traigo una excelente noticia. Ya esta en preventa lo nuevo de Paula Rivers, y para sus seguidoras, es algo que nos hace muy felices😍😍
No esperéis más y lanzaos a por ella, porque tiene una pintaza...😉
Felices lecturas!
Candelaria está considerada como la mayor arpía del Canal 5, una modesta tele local del sur de Tenerife. Su conducta se debe a la frustración que siente al no haber cumplido sus metas profesionales y al haber perdido la fe en los hombres. Para colmo, su vida asexual tampoco ayuda a suavizar su mal carácter.
Gavin es el nuevo hombre del tiempo. Recién llegado del otro lado del charco para gestionar una inesperada herencia en la isla, porta en su maleta varios premios de la CBS. Nadie se explica cómo demonios ha terminado en una cadena tan humilde y, para colmo, voluntariamente.
Pero la verdad es que Gavin tiene una misión casi quimérica que mucho tiene que ver con Candela. Porque si hay alguien que cree en los retos imposibles, ése es él.
Con un cámara muy colocado, un jefe hostigador, una becaria pechugona sin personalidad, las peripecias de una madre intentando ir de moderna y queriendo emparentar a su hija con cualquiera que se le ponga delante, malentendido felicefelicesue otra serpiente adicta a las cañerías, esta novela encierra varias entretenidas tormentas, tórridas olas de calor y el más chispeante erotismo. Y si no, que se lo pregunten al hombre del tiempo.
Este mes es muy especial, ya lo sabéis, y como no podía ser de otro modo, os dejo más novedades del #MesIndie. Paula Rivers es una buena amiga, compañera de letras y una autora con muchísimo talento.
Ya tenemos ganas de leerla de nuevo... ¿no estáis de acuerdo? ;)
Y mientras esperamos las novedades, no dejéis escapar estas novelas que participan en la promoción con precios estupendos :)
Las disfrutaréis de principio a fin. (SOLO EN AMAZON)
Estoy orgullosa de presentaros a una compañera con mucho talento y a la que estoy deseando leer muy pronto. Así que os animo a disfrutar de este post, para que la conozcáis un poquito mejor, y donde encontraréis toda la información de su libro en promoción a un precio increíble.
Annabel Navarro
(Cádiz, 1983) es titulada en Marketing Internacional y graduada en Trabajo
Social (colegiada en el CPTS de Cádiz y colaboradora en BlogoTSfera). Aficionada
a la lectura desde pequeña, comenzó a escribir con carácter íntimo y personal,
reduciendo sus participaciones al ámbito escolar, familiar o amigos. En 2011,
decide inaugurar un blog y participar en numerosos certámenes literarios, donde
algunos de sus relatos fueron seleccionados para ser incluidos en bibliografías
conjuntas. Desde entonces, escribe la serie negra "Natalie Davis" (El
asesino de Village Street, Hamilton Heaven y Selena); además de novelas de
romántica para adultos bajo seudónimo. Ha formado parte del Grupo Planeta
durante casi tres años y su desempeño en redes sociales le ha permitido
colaborar con distintas empresas y marcas, entre ellas, Samsung España. Su
pasión por escribir, su terapia favorita, le ha permitido firmar en la FLM,
acumular un decena de novelas y continuar trabajando en nuevos proyectos.
Recuerda que
puedes suscribirte a las redes sociales de la autora para estar al día de las
novedades y publicaciones: Web | Facebook | Google + | Youtube | Instagram | Twitter
SELENA
Su reciente
despido lleva al agente Jack Meyer a hacer la maleta y alejarse de Nueva York
por una temporada; necesita tiempo para reorganizar su vida y decidir qué nuevo
camino debe tomar. Pero porque él ya no esté, no significa que el mundo vaya a
detenerse y los crímenes vayan a dejar de producirse.
Natalie tiene
que enfrentarse a un nuevo jefe que está pendiente de cada uno de sus pasos a
la espera de que cometa un error para deshacerse de ella; al tiempo que recibe
una llamada que la pone sobre la pista de un nuevo caso: la muerte de un
profesor de natación ahogado en la piscina de un instituto. La coincidencia con
el asesinato de un inquilino del edificio donde Natalie vive, la llevará a una
lucha interdepartamental por hacerse con el caso de una asesina en serie que
deja una sutil marca en la frente de sus víctimas.
La agente no
está conforme con la forma de proceder de su nuevo jefe, así que viaja en busca
de Jack para pedirle ayuda e iniciar ambos una investigación paralela. Muchas
son las incógnitas que necesitan respuesta; pero una, concretamente, la que más
preocupa a los detectives: ¿estarán frente a un “crimen perfecto”?
Ya llegó el otoño, y no podría haberlo hecho de un modo mejor.
Disfrutad del #MesIndie con libros a precios increíbles.
Aquí podéis ver los 7 títulos con los que participo en esta iniciativa: https://goo.gl/1NWMcb
Y aquí podéis ver los enlaces con todos los libros que están incluidos en esta promoción que durará todo el mes de octubre.
¡Felices lecturas!
ESPAÑA: www.amazon.es/MesIndie
US: www.amazon.com/MesIndie
MEXICO: www.amazon.com.mx/MesIndie
Sinopsis: El amor puede presentarse de diversas
formas ante nosotros: con una mirada furtiva, una sonrisa o incluso un roce
inesperado. Cualquier aroma, gesto o lugar puede recordarnos la intensidad del
amor vivido, sea o no correspondido; y en ocasiones, solo las más especiales,
nos evoca momentos íntimos que nunca olvidaremos. Adéntrate en cada relato como
si fueras uno de los personajes protagonistas.
Esta
antología incluye trece relatos que varían en extensión y contenido.
Tengo el placer de presentar la nueva obra de esta escritora con tanto talento, y que ya tuve el placer de leer con anterioridad con otra de sus novelas publicadas. Yo no me la voy a perder, ¿y vosotros?
Título: El caballero de los deseos fugaces.
Serie: Seres Fugaces, 1. (Todos los libros serán independientes unos de otros)
Autora: R. Crespo.
Género: Romántica paranormal y fantasía.
Formato: Tapa blanda.
Número de páginas: 110 páginas.
Fecha de lanzamiento: 30 de septiembre de 2017.
Sinopsis: Cuenta la leyenda que existe un hombre capaz de concederte lo que más desees. Que aparezca en tu vida, o no, solo depende de que lo desees con el corazón, pues no atiende a deseos egoístas. Sin embargo, hay una persona en todo el mundo que no cree en él. A pesar del firme testimonio de su abuela, que afirma haber estado en su presencia, Noelia piensa que no es más que un cuento chino.
No obstante, el propio caballero de los deseos fugaces se encargará de demostrarle que cualquier leyenda puede ser real si abres el corazón.
Adéntrate en esta mágica historia y descubre que lo fugaz también puede ser duradero.
Dentro del género romántico, esta historia está inspirada en hechos verídicos acontecidos en el año 2002 y las crisis económicas que afectaban a muchos países y sectores.
Es una novela escrita en tercera persona que narra hechos duros, y Bárbara Larrique es la protagonista.
Los comienzos en su vida adolescente fueron terribles, y sufrió lo inimaginable a manos de alguien de su familia, sin embargo, ha llegado a disfrutar de una gran posición en su madurez, que se ganó a pulso por su duro trabajo, aunque no goza de una felicidad genuina.
A pesar de su sufrimiento, ha llegado a ser una persona extraordinaria, y eso ha llamado la atención de varias personas a su alrededor. Algunas de ellas, con sus propios motivos para quererla a su lado, lo único en lo que piensan es en sus intereses ocultos, sin detenerse a examinar lo que ella quiere o necesita ni por un segundo.
Por fortuna, existe una persona se preocupa por su bienestar, por su futuro, y es quien menos espera.
Iván Kressler es un escritor español en busca de la verdad.
Su misión en la vida aparece frente a él y se lanza a la aventura, pero no todo sale como esperaba, como deseaba.
Su viaje, su nueva motivación en la vida, le lleva a sufrir en su propia piel la caída de una economía en receso. Sin embargo, no se dará por vencido, y luchará por sí mismo, por sus compañeros en esta andanza, que si bien solo son conocidos, se siente unido a ellos por las circunstancias.
Se dará de bruces con la oscura realidad que investigaba, y será testigo de primera mano de lo crueles y terribles que pueden ser las vidas de personas que sufrieron el peor destino posible a manos de personas despreciables.
Nada es lo que parece en esta novela, y descubrirlo os dejará sin aliento. Os sorprenderá de principio a fin, y aunque se os encoja el corazón, sin duda es una historia que vale la pena leer, conocer.
La paz se encuentra a veces en actos que no imaginamos que seríamos capaces de hacer, y la justicia no siempre está envuelta en un pañuelo blanco, pero lo que sí es cierto es que cada uno recibe lo que merece cuando comete actos horribles que pueden volverse en contra de uno tarde o temprano.
Si queréis disfrutar de una historia intensa, que también tiene momentos dulces y románticos, os animo a leer "Descalzos en la nada". Os sorprenderá y os enganchará sin lugar a dudas.
Su trama está muy bien construida, maravillosamente escrita, fluye de principio a fin, creando el nivel perfecto de interés en todo momento.
Patricia, la protagonista, tiene una enfermedad "rara" y poco conocida por la cual ha sufrido mucho en su vida. Tras un accidente de coche, su existencia cambió por completo y muchos de sus seres queridos la dejaron de lado al no comprender su modo de verles, literalmente.
Sin embargo, su amiga Paula y su familia siempre la han apoyado y gracias a ellos continúa luchando a diario.
Todo vuelve a cambiar cuando Joel, al que conoce por casualidad, se interesa por ella y persiste a lo largo de los días para conseguirla.
No será fácil para Patricia el imaginarse siendo feliz de muevo, pero cuando saborea esa sensación, piensa que es posible...
Claro que siempre hay muchos obstáculos por superar, y la mejor amiga de Joel no se lo pondrá nada fácil.
Los secretos hacen daño cuando se usan para fines egoístas y caen en malos oídos... pero si no pierdes la esperanza, puedes lograr aquello que siempre quisiste y temiste no tener.
Descubre esta preciosa historia con un final que te sorprenderá, te mandentrá en vilo y te arrancará alguna que otra lágrima.
Como el galán
que solía interpretar que era, cuando así lo deseaba, Bryan se acercó a mi
padre, le saludó con un varonil apretón de manos y luego besó en la mejilla a
mi madre, que hasta se sonrojó cuando este piropeó su gran belleza. Bueno, no
era un halago en vano, ya que ella llevaba un vestido de gala dorado
impresionante. También se había recogido el pelo con maestría gracias a nuestra
peluquera particular, y lucía como una reina.
En último
lugar, se acercó a mí y plantó un frío beso en mi mejilla. Cuando lo deseaba,
se comportaba como un idiota. Susurró algo en mi oído que provocó que un
escalofrío me recorriera. Y no en el buen sentido.
—Tengo que
hablar contigo sobre esa locura de viaje que no puedo permitir que lleves a
cabo.
A ojos de
cualquiera, parecería que eran los gestos de una pareja normal que se iba a
casar, pero sus palabras se clavaron en mi corazón como puñales. ¿Quién se
creía que era para darme o no permiso para hacer algo?
Que lo hicieran
mis padres, bueno, podía entender que tenían cierto poder sobre mí porque vivo
en su casa, pero Bryan no gozaba de ese privilegio. Y mucho me temía que si
ahora se tomaba la libertad de prohibirme cosas, más adelante, cuando nos uniera
un papel legal, todo iba a empeorar. Al menos para mí. Él estaría encantado de
seguir con sus asuntos como siempre.
¿Cómo discutir
con alguien que tiene a mi madre de su lado? Yo tenía todas las de perder.
Forcé una
sonrisa falsa y allí me quedé, junto a él y a mis padres, y varios miembros del
servicio y de seguridad que se mantenían en un segundo plano, dando la
bienvenida a los cientos de invitados que eran guiados hacia el gran salón de
celebraciones.
Trajes
elegantes, vestidos despampanantes llenos de brillantes, y muchas caras
conocidas que solo sabían sonreír de manera suave para no arrugarse el cutis, y
cuyo tema de conversación iba sobre negocios, totalmente incomprensibles para
mí, o sobre los últimos cotilleos y escándalos de personas que solo se hallaban
a pocas sillas de distancia.
Ese era el
mejor resumen que podía hacer de las fiestas a las que solía asistir más de lo
que quisiera. Existían otros modos de verlo, claro, como la de aquellos a los
que estos eventos le parecían un sueño, repleto de personajes extraordinarios y
en un lugar en el que reinaba la elegancia. El que guardaba en mi interior,
solo para mí misma, era que todo aquello era como un cuadro bonito al que me
gustaría observar a distancia. A mucha distancia; mientras hacía cosas
divertidas con personas normales cuyos intereses no eran superficiales y
materialistas.
Estaba harta. Y
sentí deseos de llorar allí mientras dejaba que mis conocidos me besaran la
mejilla que ya empezaba a sentir hormiguear.
Bryan me tendió
su brazo para caminar juntos cuando todos los invitados aguardaban nuestra
llegada. No dijo ni una palabra, y yo tampoco. Mis ánimos eran cuestionables, y
a su lado, en lugar de sentirme apoyada, me sentía impotente. Tragué un nudo
que se formó en mi garganta y traté de fingir que no me llevó de la mano para
evitar que estuviera unos minutos esperando a Eliana.
Como las dos
éramos conscientes de cómo eran estas interminables recepciones, habíamos hecho
un trato: ella llegaba a última hora, y yo esperaba su entrada para así
aparecer juntas. Nos ahorrábamos más de una hora de conversaciones aburridas y
miradas condescendientes.
De verdad, si
las películas de época reflejan una fiel realidad de entonces, la aristocracia
londinense no había cambiado tanto como me gustaría. Yo era una excepción, y me
sentía orgullosa, sin embargo, a mi alrededor aún había cosas que querría
cambiar.
Como lo que
creía que estaba a punto de pasar.
—Querida Daisy
—empezó con una voz tan dulce como la sal. Siempre lo hacía cuando según él,
mis actos no reflejaban mi verdadera personalidad—, me encantaría poder decirte
algo que te sacara esa idea espantosa de la cabeza.
—¿A qué idea te
refieres?
No le estaba
mirando a la cara, pero sabía que sus ojos grises se habían tornado furiosos
como una tormenta desatada, y hacía un gran esfuerzo por mantener su rostro
inmutable. Su cara de póker era pésima; menos mal que no jugaba. O eso decía.
—No juegues conmigo.
Sabes muy bien a qué me refiero —masculló en voz baja.
Mi padre estaba
sentado a mi izquierda, presidiendo la mesa principal, y por completo ajeno a
nuestra conversación. Mi madre, frente a mí, nos observaba mientras a su lado,
la duquesa McLeod les hablaba de algo a los dos. Bryan estaba a mi derecha, y
el duque a su lado, de modo que solo podíamos hablar en susurros. Era incómodo
y un fastidio total. Sobre todo porque Eliana estaba a punto de llegar y debía
levantarme de la mesa, causando curiosidad generalizada.
—Lo cierto es
que sí sé muy bien a qué te refieres —dije en voz baja, impulsada por un
arrebato de furia que no sabía de dónde había salido—. Y solo me gustaría
decirte que espero que no notes demasiado mi ausencia cuando no esté. Seguro que
tus muchas actividades te mantendrán ocupado treinta días. Cuando vuelva,
seguiremos con los planes de boda. No voy a irme a la guerra, solo a pasar
tiempo con una amiga. Y ahora si me disculpas, voy a dejarla pasar a esta
increíble fiesta.
Eso último lo
dije en voz alta para que todos me oyeran. Mi padre me miró divertido, y
asintió antes de lanzarle una mirada de advertencia a Bryan. Aunque no oyó
nuestras palabras, me conocía demasiado bien, y sabía que algo me había
disgustado.
Casi podía
sentir cómo mi prometido se encogía por dentro. No había nadie que le diera más
miedo, y respeto, que mi padre.
Fui hasta la
entrada sonriendo, sintiéndome poco madura por regodearme.
Nuestro
mayordomo, el señor Baker, miró el reloj de pared y me dirigió una mirada
expectante. Eliana era puntual siempre, como todo buen inglés.
El llamador
sonó cuando el reloj anunciaba las nueve en punto.
Abrió la puerta
con su mano enguantada y allí estaba mi amiga. Ataviada con un vestido plateado
de encaje y pedrería, estaba más elegante que yo. La abracé y le pedí que
dejara el chal a Baker. Quería que exhibiera su preciosa figura, y esos hombros
delicados que tenía al descubierto. Estaba guapísima.
—No sabes lo
feliz que estoy de verte. Bryan acaba de enterarse de nuestros planes —solté a
tiempo que ella me observaba con los ojos muy abiertos a causa de la sorpresa—.
Y antes de que digas nada, sí, está muy disgustado.
—No parece que
eso te moleste —comentó mientras caminábamos a paso lento hacia el salón.
—Lo cierto es
que me divierte. Piensa que voy a dejar de ir porque la idea no le guste. Pues
está muy equivocado —musité en voz baja.
Eliana se rió
por lo bajo y caminó a mi lado para que la acompañara a su lugar en nuestra
mesa. No estaba a mi lado porque la fiesta debía respetar ciertos aspectos del
protocolo que ni yo podía saltarme, pero al menos conseguí que estuviera cerca,
y junto a Chastity Kennedy, hija de uno de los socios de mi padre, que no
poseía título alguno, pero sí una gran fortuna que le daba estatus social. Su
marido, Gabe Hamilton, no era un aristócrata común. Tampoco tenía un título
nobiliario, pero su familia era muy popular, y era tan antigua como la propia
monarquía. Poseía más riqueza y propiedades que muchos de los asistentes. Y ese
no era su mejor rasgo, ni hablar. Era el hombre más cariñoso y atento de
cuantos había conocido. Le gustaba pasar tiempo con su preciosa mujer, y ahora
que estaba embarazada, la trataba como a una diosa.
Bromeábamos con
ella a menudo porque era la mujer más consentida de todo Londres. Lo que no era
una broma en realidad. Le regalaba flores continuamente, la llevaba a cantidad
de sitios divertidos y eran una de las mejores parejas que conocíamos. Creo que
incluso mis padres estaban en segundo lugar. Ellos se querían, claro, pero eran
más corteses que cariñosos.
Las efusivas
demostraciones de afecto no eran normales en mi mundo. No sabía si alguna vez
me acostumbraría a ello, claro que no me quedaba otro remedio. Muchas veces me
preguntaba cómo de diferente sería haber nacido en otro tipo de ambiente
familiar, con mis padres, pero en un entorno diferente, no tan lleno de normas
y restricciones. Tal vez con una condición y riquezas de la clase media.
¿Habría sido
más feliz? No tenía ni idea.
Volví a mi
lugar y la cena dio comienzo a los pocos minutos. Me centré en la comida para
no soportar las miradas de soslayo de Bryan. Estaba muy disgustado con mi
comportamiento, y estaba segura de que pronto encontraría el modo de hacérmelo
notar. Eso le encantaba.
Para un hombre
como él, tenerlo todo era fundamental, y era muy consciente de que no me
quería, sino que había aceptado el compromiso por el hecho de que algún día, él
heredaría el título de mi padre. Seguía pareciéndome muy machista el que
recayeran sobre el sexo masculino, la mayoría de las veces. Mi hermano habría
sido conde, uno de los buenos, pero como ya no estaba, mi futuro marido sería
el que recibiera el premio, como muchos consideraron en su momento. Mis padres
tenían en su punto de mira al futuro patriarca de la familia Olson, pero eso no
disminuyó las esperanzas de algunos ricachones que consideraron que yo era un
buen partido. No es que me considerara fea, pero que me quisieran como esposa
solo por el dinero, bueno, eso hacía sentir muy poco deseada a una mujer.
Gracias a mamá,
siempre me imaginé que un atractivo caballero me encontraría, me miraría a los
ojos, y desde ese momento, bebería los vientos por mí, sin reparar siquiera en
el hecho de que iba a ganar mucho más que una esposa cuando se llevara a cabo
el matrimonio.
Menudos sueños
tenía hace años. Y lo peor era que aún tenía fantasías por el estilo. No creía
que tuviera nada de malo que me pudiera enamorar de alguien que se enamorara de
mí, y no de la economía familiar. Solo había un problema de los grandes. No
estaba libre. Literalmente no lo era, ni me sentía así nunca. Tal vez cuando mi
hermano era responsable de su parte del negocio de mi padre y yo solo era la
segunda hija, me sentí más independiente cuando hace años, viajé por Europa,
pero ahora, digamos que quedaba relegado a un vago recuerdo.
Acabada la
comida, llegaron los discursos alabadores para mi padre y su compañía. Los
directores hablaron, sus socios más importantes, y cómo no, también lo hizo
Bryan.
Se levantó y
puso una mano sobre mi hombro, lo que para algunos parecería un gesto cariñoso,
yo sabía lo que era en realidad: una declaración de posesión.
—Mi querido
Edwin, futuro suegro —añadió, lo que hizo reír a la gente, y no supe por qué—.
Hablo en nombre de tu preciosa hija y en el mío, para desearte muchas
felicidades por tu magnífica trayectoria en este mundo difícil. Siempre sabes
hacer y decir lo correcto —noté entonces una mayor presión en mi hombro y miré
a Bryan. Un brillo malicioso intencionado captó mi atención. El mensaje era
para mí. Menudo capullo—. Sabes actuar con templanza, con racionalidad y
sentido común cada momento, y por ese motivo has llegado a lo más alto. Espero
estar a tu altura algún día.
Qué fanfarrón.
Todo el mundo sabía que él se haría cargo de la empresa algún día, pero
últimamente, lo recalcaba cada vez que tenía ocasión.
Forcé una
sonrisa para los cientos de ojos que estaban fijos en nosotros, y aplaudí a la
vez que los demás. Tuve la mala suerte de mirar hacia el fondo y ver la mala
cara que tenía Eliana. También se había dado cuenta de las intenciones de
Bryan, pero creo que fuimos las únicas. El resto le adoraba, y si no le
conociera, haría lo mismo.
Bryan era muy
atractivo físicamente, con su pelo castaño corto peinado hacia atrás, sus ojos grises
y su mandíbula cuadrada. Era alto, esbelto, elegante y directo. Mis padres le
adoraban, y pensaban que era el perfecto caballero que me haría feliz, pero eso
pensé yo al principio, antes de darme cuenta de que en realidad, jamás tenía
gestos románticos o solo atentos conmigo. Al principio sí, por supuesto, porque
debía camelarse a mi familia, pero una vez conseguido el compromiso, todo se
acabó. Tardé en darme cuenta porque había tenido pocas relaciones adultas
duraderas, y solo con el tiempo, empezaba a echar en falta cosas que no tuve
jamás. La razón era que algunas mujeres gozaban de esas atenciones en sus
relaciones, e incluso Eliana, que tampoco había tenido muchos novios durante
largos períodos de tiempo, pero que sí tuvo la suerte de recibir regalos, por
pequeños que fueran, que le sacaban una sonrisa. Y mejor no hablar del sexo.
Cualquier
pareja disfrutaba de lo que yo tenía restringido. Menudo chasco. En lugar de
tener un novio con el que poder compartir intimidad y esas experiencias
tórridas y salvajes de las que había oído hablar, me limitada a eso,
escucharlas, y leerlas en las novelas románticas.
Poco podía
hacer ya para remediarlo, aunque algo sí era una certeza. El día uno de julio
estaría subida a un avión rumbo a la aventura. Nadie me lo iba a impedir, ni
los discursos con doble sentido de Bryan, ni los intentos de sabotaje de mi
madre.
Si mi padre
estaba medio convencido ya, había una posibilidad de éxito. Iba a agarrarme a
ella como a un clavo ardiendo.
Cuando llegó la
hora del baile, mi padre lo inauguró con mi madre como era tradición. Luego
bailé con él, y acto seguido, este le cedió el turno a Bryan. Habría preferido
bailar con Eliana para ser sinceros. No un vals,
claro; eso habría quedado extraño, pero en cuanto mi prometido puso sus manos
sobre mi cuerpo, temblé. Y no como me habría gustado.
Su mirada
verdosa me taladraba, porque estaba claramente enfadado conmigo.
Casi sentí
alivio de verle experimentar alguna emoción. Casi, porque esta vez no era una
agradable, y encima iba dirigida a mí.
—¿Has hablado
ya con tu amiga para decirle que no puedes ir con ella?
—Bryan, no
puedes decidir qué puedo o no puedo hacer. No soy una niña, y no soy tuya. Al
menos aún no.
Me dedicó una
sonrisa que me dejó helada. Era espeluznante y no sabía por qué. Había algo en
ella que carecía de humor y de dulzura. No podía explicarlo.
—Cuando seas
mía, todas estas tonterías se acabarán. Te lo prometo —masculló con una voz
dulce por fuera, y acerada por dentro.
Quise alejarme de
él, pero no me lo permitió. Sonrió para que nadie sospechara, y sus brazos
siguieron aferrados a mí como el acero, en su lugar debido, pero inamovibles. Sentí
deseos de llorar. ¿Qué le pasaba?
Intenté
aparentar una valentía que no sentía en estos momentos.
—No creo que te
guste que mi padre se entere de tu comportamiento conmigo.
Una risita
genuina escapó de sus carnosos labios que una vez me parecieron perfectos para
besar.
—No digas
tonterías, querida. Tu padre pensaría que solo lo dices porque estás disgustada
por no salirte con la tuya.
Se le veía tan
satisfecho, que sentí unos deseos irrefrenables de bajarle esos humos que
tenía.
—Si de verdad
crees que puedes impedirme hacer este viaje, es que has sobreestimado tus
habilidades de vendedor. Pienso ir, y nadie en este mundo será capaz de
conseguir lo contrario.
Pude ver que se
sentía insultado con eso de “vendedor”, ya que ambos éramos conscientes de que
mi intención fue llamarle manipulador nato, y porque en la realidad, él era
mucho más que eso, y quería llegar a lo más alto, nadie podría pensar que no
ansiaba tocar el cielo.
—Ya lo veremos.
Se lanzó a por
mis labios y mi primera reacción fue rechazarle con un guantazo. Menos mal que
me di cuenta a tiempo del lugar donde estábamos. Me dejé llevar para intentar
acabar lo antes posible, y cuando pude recuperar el aliento, sonreí al escuchar
risitas por lo bajo.
Fue mi peor
beso con diferencia. No había recibido muchos en mi vida, pero aquel había sido
una clara demostración de su poder sobre mí.
Menudo ingenuo,
pensé.
Como que el
cielo era gris en Inglaterra la mayor parte del tiempo, nadie iba a decidir por
mí en este asunto.